Soy Aitor Goikoetxea y
se me ha ocurrido entrevistar a mi amigo y compañero Xabi Olano, para que le
conozcáis un poco más, que merece la pena.
Nació en el año 1989 y pasó sus primeros años en San
Sebastián hasta que se mudó a los 5 años de edad a Usurbil, un pequeño pueblo situado a
tan solo 10 minutos de Donosti. Desde niño le ha encantado el agua, la
naturaleza y el deporte, y ha hecho de ello su filosofía de vida.
Actualmente Xabi es
uno de los piragüistas nacionales más completos que hay, tanto por su
trayectoria, al principio, en la modalidad del estilo-libre, como hoy en día en
el Kayak-Surf. Deciros que para mí es todo un placer poder contar con él para nuestra
expedición, que seguro que será el viaje más duro físicamente como
psicológicamente que hayamos hecho hasta la fecha, lo cual me inquieta bastante.
Es una persona que conocí hace mucho remando por las playas, que aun siendo de
clubes y disciplinas diferentes siempre hemos compartido esas buenas olas
que nos ofrece habitualmente el mar Cantábrico.
Lo
primero de todo me gustaría preguntarte, viendo la pasión que demuestras todos
los días por este deporte, cómo te introdujiste en este mundillo tan diferente
y desconocido para cualquier niño:
- “Tan niño no era, ya que
aún no he conocido en mi entorno a nadie que se iniciase tan tarde, como lo
hice yo, en el Piragüismo. Empecé a los 15 años de edad, hace nueve años, en
Septiembre de 2004 más concretamente. Fue entonces cuando el entrenador de
Piragüismo del Real Club Náutico de San Sebastián, Edu Etxeberria, me ofreció
la oportunidad de probar este deporte. Había decidido aprender a esquimotear,
ya que mi primo tenía un kayak con el que solía coger olas, y quise aprender
para disfrutar más de las olas. Así que me apunte en los cursos de esquimotaje,
y allí empezó todo. Dejé el fútbol, que practicaba hasta entonces, para dedicarme
de lleno a este apasionante deporte. Y me alegro de haberlo hecho, por las
buenas vivencias que el Piragüismo me ha reportado.
Hoy
en día andas inmerso en el kayak-surf, cosechando innumerables éxitos tanto a
nivel individual como en grupo con la Federación Vasca de Piraguismo, pero sé
que empezaste con el estilo-libre. Dinos qué diferencias encuentras entre las
dos disciplinas y qué fue lo que te hizo cambiar.
- “Son dos modalidades que
se parecen más de lo que a simple vista pueda parecer. En el estilo libre las
piraguas rara vez superan los dos metros de largo, carecen de quillas y sus
cantos son suaves, mientras que en el kayaksurf no bajan de los 2.40m, llevan
quillas y tienen cantos afilados. A pesar de estas diferencias, comparten parte
de sus bases. En el kayaksurf lo más importante es la surfeada, buscando la
zona más potencial de la ola, y utilizando a su vez maniobras y trucos para
hacer un surf más radical y realizar grandes aéreos. Por el contrario, en el
estilo libre lo más importante son las maniobras y los trucos espectaculares,
siendo la surfeada un recurso muy útil para la colocación y encontrar el punto
del rulo/ola más propicio para la realización de las maniobras más
espectaculares, que son la piedra angular del estilo libre. Sigo enganchado e
ilusionado por seguir practicando el Freestyle y disfrutar de los mejores rulos
y olas que el mundo tiene todavía por ofrecerme. A pesar de esto y aunque
empecé compitiendo en el estilo libre, el kayaksurf ha terminado siendo más
acorde a mis habilidades y gustos, gracias al maravilloso entorno que he podido
encontrar en Donosti para ello, con la buena calidad y variedad de olas que
hay.”

Sabiendo
de los éxitos conseguidos durante tu vida deportiva, cuéntame cuales han sido
para ti los momentos más memorables que has vivido estos años y esos momentos
donde como a todo deportista después de haber invertido mucho tiempo no le
salen las cosas como ha querido.
-“Echando la mirada hacia
atrás recuerdo con más alegría los propios viajes, por sus sensaciones y
experiencias, que los éxitos deportivos en sí. Las sensaciones que obtuve al
navegar por un río como el Ottawa en 2007, un entorno totalmente nuevo y salvaje
para mí, marcaron un punto de inflexión en mi carrera en el piragüismo. La ola que
en aquel río, con motivo del Mundial de estilo libre, pude surfear (Buseater),
así como otras del entorno (las olas de Lachine), me abrieron los ojos y
comencé a buscar esas sensaciones que aquellas olas me dieron, esperando a las
riadas y explorando en busca de nuevas olas de río grandes. Así vendrían luego
los momentos surfeando olas que con más alegría recuerdo, como las de Murillo,
Frieira, Salvaterra, Milagro, Hawaii sur Rhone o la mítica Malate, entre otras
muchas. Igualmente recuerdo con más intensidad las mejores olas que he surfeado
con la piragua de kayaksurf, la mayoría de ellas el último año, que además ha
sido muy exitoso en lo deportivo, pero también por ejemplo en el 2010, en la
Copa de Mundo de Carolina del Norte, EEUU, donde me alojé en un apartamento de
madera, anclado a la arena de la playa, enfrente de unas olas con una forma
envidiable que podrían aparecer tranquilamente en cualquier revista de surf.
Como también recuerdo con orgullo el clasificarme para formar parte de la
Selección Vasca de Kayaksurf para ir al Mundial de Australia a por el 3er
Campeonato del Mundo, que finalmente logramos.
Y por el otro lado de la
moneda he vivido momentos malos para el deporte, asistiendo a faltas de
competencias de ciertas organizaciones de campeonatos internacionales, que me
avergüenzan como piragüista y me indignaron como competidor. Y que además,
repercutió en mi rendimiento y resultados obtenidos, echando por tierra la
preparación para tal competición. Es frustrante, pero a la vez motivador, para
intentar mejorar esas circunstancias e intentar demostrar que hay mejores
maneras de hacer las cosas. Y en lo puramente deportivo, en el kayaksurf me
encuentro una y otra vez tras un gran Piragüista, a quien no consigo ganar por
mucho que me esfuerce. Esto es precisamente lo que con mayor empeño busco para
la siguiente temporada: Superar en una final a mi entrenador en los campeonatos
nacionales, un Fenómeno en mayúsculas que solo aparece una vez cada muchísimos
años. Considero que sería el mayor logro deportivo al que podría aspirar y
sería mi culminación como deportista y competidor. Sé que es el mejor del
mundo, y así se ha visto reflejado en múltiples ocasiones en diferentes pruebas
internacionales.
Pero
fuera de la competición hay otro mundo inmenso donde muchos deportistas acaban muy
enganchados, como tú, yo y Mikel por poner unos ejemplos. ¿Qué te aportan a ti
el kayak extremo y las expediciones, y por qué poco a poco te vas involucrando
en esto?
- “Para mí se trata de
sentirme capaz de enfrentarme al mundo por mis propios medios. Aunque reme
provisto de kayak, pala, chaleco, casco e indumentaria térmica que me protege
de las adversidades, la piragua ofrece una sensación de libertad increíble. Una
sensación de independencia, como la de un caracol que lleva todo lo necesario
para vivir en su caparazón, o la del camello y su joroba de grasa, que le
permite sobrevivir semanas sin comida ni agua. La piragua es un medio que te
abre la puerta hacia el mundo natural, al que muy pocas personas tienen el
privilegio de asomarse en toda su esencia, ayudado por la fuerza de tus brazos
y tu mente. Y es algo que el dinero no condiciona, tanto como las ganas y la
determinación de uno por aprender. Esto es, en síntesis, lo que me ha enamorado
de la piragua y lo que más me atrae de la expedición.”
Como
ya nos has dicho, has tenido la suerte de viajar por todo el mundo y conocer
sitios muy poco accesible para cualquier otra persona. Dime ¿Cual ha sido el
lugar que te ha cambiado de vida ó más te ha impactado y que lugar aconsejarías
a todo el mundo piraguista o no?
- “Como ya he mencionado
antes, el río Ottawa de Canadá me causó una grata y profunda impresión, con su
gélidas aguas del deshielo, tintadas de marrón a causa de las extrañas raíces
de los árboles que en sus orillas se alzan, entre los cientos de canales y
bifurcaciones en las que se divide este maravilloso río. Aún así, no es cierto
que cuanto más lejos viaje uno mejores experiencias o más bonitos paisajes
verá. Así pues, lo que recomendaría a cualquiera, piragüista o no, amigo o
enemigo (pero sobre todo a los amigos), sería que aprendiese a remar en un
kayak y se embarcase en las aguas más cercanas a su casa. Se sorprendería de lo
grato de esa experiencia. Es la chispa que lo empieza todo. Fue la chispa que
inició mi aventura con la piragua, y que, espero, está lejos de acabar.”
Y aprovechando
la ocasión te quiero recordar el momento cuando te enteraste de la expedición.
No sé si te sitúas, pero fue en las fiestas de Santo Tomás (una gran fiesta
donde la cultura vasca sale a relucir a la calle) mientras que caminaba de un
bar a otro te vi y si no lo recuerdo mal fue lo primero que te pregunté ya que
anteriormente, el mismo día, hablando con Mikel coincidimos en que sería muy
buena idea invitarte a compartir con nosotros ésta, la que será una de las
experiencias más bonitas que hallamos vivido hasta ahora. Cuéntanos lo que te
pasó por la cabeza en ese momento hasta que nos diste el “Si, quiero”.
-“¡Qué romántico! ¡Jaja!
Pues tengo que confesar que no me lo tomé muy en serio al principio,
precisamente por el contexto y las circunstancias en las que nos encontrábamos.
Fue en la siguiente reunión que tuvimos con motivo de la temporada vasca 2013
de Freestyle, en la que recibí vuestra propuesta oficialmente, que me
impresionó profundamente. Y aunque salí de la reunión con miedo en el cuerpo
(por los saltos de 15 metros y los ríos inexplorados que debía cruzar, además
de los amenazantes glaciares y el clima Patagónico), supe de inmediato, en
cuanto monté en la moto, que me embarcaría en este proyecto tan único y
apasionante, aún cuando rondaban en mi cabeza miedos y preocupaciones.”
¿Cuál
crees que será desde tu punto de vista y con tu experiencia de recorrer el
mundo los que realmente serán los puntos más complicados que nos encontraremos
en esta expedición?
- “Son dos puntos los que
conllevan mayores complicaciones a mi entender. Por un lado está la previsión y
una buena planificación. Deberemos decidir sabiamente los objetos y provisiones
a transportar con nosotros en cada etapa de la expedición, así como la
cantidad, lo más acertada posible, ya que un poco de más nos desgastaría en
demasía y un poco de menos nos debilitaría, pudiendo resultar en un prematuro
final del viaje. Y por el otro está la buena preparación física y sobre todo la
lucidez y control mental. Tendremos días duros, en los que el viento y el frío
no solo intentarán tambalear nuestros kayaks, si no que también tambaleará
nuestra determinación por alcanzar nuestra meta cada día de la expedición.”
¿Ha
habido algún cambio en la idea que tenías sobre la dureza, el paisaje... desde
que diste el si hasta el día de hoy?
- “Principalmente
está cambiando la percepción que tenía de los descensos de ríos extremos. El
poco conocimiento de esta modalidad me ha llevado a dudar de mis capacidades,
pero lo cierto es que tengo una muy buena y extensa base navegando ríos, y
entre tú y Mikel estáis logrando que coja confianza en la piragua de Creek,
descendiendo ríos extremos. Esto me motiva a bajar más tramos, y disfrutar de
los descensos. Quizás más pronto que tarde podremos bajar el Leitzaran, el río
de casa, de clase IV-V, gracias a las lluvias de la última semana.”
Y
para finalizar, metiendo el dedo en la yaga, con toda sinceridad, desde el
corazón, quién crees que tiene toda la papeleta para abandonar primero esta
aventura?
- “Jaja,
la verdad es que Mikel está descartado de esa remota posibilidad, ya que es el
artífice del proyecto. Y entre tú y yo existe un mismo problema común, que es
el económico, así que a priori podría ser cualquiera de los dos. Aún así soy yo
el que no practica habitualmente el creek o descenso de ríos extremos, a
diferencia de vosotros. Por tanto, y muy a mi pesar, yo tengo más papeletas
para abandonar, ¡Pero algo muy grave tendrá que pasar para que me tire del
barco! ¡Y nunca mejor dicho! ¡Jajaja! Tengo muchas ganas de emprender esta aventura
y culminarla con éxito, así que os va a costar quitarme de en medio, jejeje.
Y
en caso de encontrarte en esa situación, en la de pensar en tirar la toalla,
cosa que se que no pasará por lo cabezones que somos, en quién crees que tu
mente pensará primero? Piénsatelo bien que aquí tienes poco que ganar y mucho
que perder e!
- “Pues primeramente
pensaría en la faena que os haría a ti y a Mikel, ya que la baja de un tercer
miembro de la expedición podría suponer la cancelación de la misma. Tras ello me
sentiría mal por la decepción que ocasionaría entre las personas a las que
quiero y han confiado en mí. Y por último me enfadaría conmigo mismo por haber
tirado la toalla y me perseguiría esa frustración toda la vida. ¡Pero no seré
yo quien abandone! ¡Ni Mikel ni Aitor! ¡A por la Patagonia!
Jajajaja, ¡te lo
preguntaba más dirigido en torno a la posibilidad de abandonar una vez ya en la
expedición! Pero bueno, veo que eso ni siquiera te lo planteas, lo que me hace
suponer que estás más que preparado para el reto. O eso espero... jeje. ¡Ya sé
que si!
Gracias por
contestar y ahora a machacar y a comer macarrones, que yo me estoy poniendo
cada día más tuco y a ti te veo cada vez más tirillas!