5 de abril de 2014

Primer tramo de la expedición fulminada. ¡Seguimos para adelante!



escrito por: Xabi Olano

Hoy hemos llegado a El Calafate, cerrando así la primera parte de la Expedición. Han sido días de palear mucho, principalmente en muy buenas condiciones, en los ríos Eléctrico y Las Vueltas, y después en los lagos Viedma y Argentino, navegando por el río La Leona de entre los lagos.
De camino hacia el Glaciar Marconi

El río Marconi fue un desafío. Las lluvias de los últimos días hicieron que el caudal subiera, y se notara mucho en su parte encañonada. Tal fue así, que no pudimos realizar todos los pasos que, a priori, íbamos a hacer. Pero pudimos hacer la más bonita y codiciada, el salto de unos 6-7 metros, al que le pusimos el nombre de cascada Irauli. Para mí, que es la primera vez que hago un cañón de este tipo, fue todo un reto. Los nervios a flor de piel, y repasando mentalmente los movimientos para el salto. Pude ver las líneas de Mikel y Aitor, y eso me ayudó. No hice el mejor salto de mi vida, pero fue un paso adelante. Ahora tengo ganas de bajar más de esos. Lamentablemente, las condiciones de aquella tarde, nevando y con mucho frío, y las del propio cañón con mucha agua dificultaban hacer nuevamente el salto y mejorar, por lo que bajamos hasta el primer refugio entre la nieve que caía desde el glaciar Marconi. 
Esperctacular Glaciar Marconi
Mikel en la entrada a la cascada Irauli

Más adelante el río lo bajamos sin ningún sobresalto. El tramo bonito de Las Vueltas fue espectacular, con muchísima agua, con su primer rápido rugiendo con toda el agua de color marrón. Un paso que cambió mucho de los días anteriores en los que pudimos bajar este tramo.


Y tras tres días desde que comenzamos a ascender con las piraguas a las espaldas, llegamos a la etapa del kayak de mar. Unos kayaks que nos ha cedido amablemente Alberto del Castillo, conocido montañero Argentino y dueño de la empresa Fitz Roy Expediciones, y la empresa MIL Outdoor Adventure. El último tramo de Las Vueltas, muy tranquilo, lo bajamos con estos kayaks, llegando a picos de velocidad de 21km/h. Ha sido una gozada remar con estos kayaks en corrientes.
Espectacular la vista del Fitz desde el río Las Vueltas

Al bajar al lago Viedma comenzamos a notar ya algo de brisa, proveniente del glaciar. Allí costó un poco más avanzar, pero los kayaks se portaron fenomenal. Cerca del glaciar se levantó el viento, que nos arrastraba hacia los témpanos en cuanto parábamos para contemplar el majestuoso frente del Viedma. Fue un gran espectáculo ser testigos a la mañana siguiente de desprendimientos gigantescos de hielo cayendo al lago. Vimos cómo el glaciar, poco a poco, va perdiendo terreno, y retrocede a causa de las cada vez más cálidas temperaturas del Planeta. 
Explorando una cueva de hielo debajo del Glaciar Viedma

Cómo se agradece el sol!

A partir de aquello los días transcurrieron soleados y sin viento, teniendo un lago totalmente plano, sin olas, sin rugosidades, totalmente glassy como se dice en la jerga del surf. Los kayaks cortaban el agua como una cuchilla caliente la mantequilla, y avanzamos muy rápido por sus aguas, sin oír siquiera el ruido de ningún chapoteo. El silencio en el centro del lago es sobrecogedor, comparable al que se experimenta en algunas montañas remotas. 
Tras comer que no falte la siesta

Durante el día el sol calentaba bastante, y mucho para lo que es esta parte de la Patagonia. Pero al caer la noche las temperaturas rondaban los 0ºC, incluso menos, y las noches fueron frías e incómodas para nosotros, así como los amaneceres. El frío nos ha ralentizado mucho, y los comienzos han sido algo tardíos, apurando hasta después de la puesta para acampar de nuevo. 


La llegada al río La Leona no fue como la imaginábamos. Pretendíamos llegar para el final del día, ya que había que remar muchos kilómetros, pero un contratiempo nos retraso lo suficiente como para tener que hacer noche todavía a orillas del lago Viedma. Nos fallaron las referencias geográficas que teníamos, algo escasas del contorno del lago. Una vez en La Leona fue coser y cantar, ya que nos empujaba la corriente.
Río La Leona

Durante todos estos días, además de palear, hemos ido tomando imágenes y captando momentos muy hermosos de este maravilloso paraje, para el deleite y disfrute de todo el público. Estas filmaciones son parte del día a día, por lo que paramos para captar todo aquello que merece la pena, desde paisajes y accidentes geográficos deslumbrantes, hasta la flora y fauna, que es muy diversa y exótica para nosotros.


Finalmente hemos remado el último tramo de esta primera parte hoy, desde la desembocadura de La Leona hasta la ciudad de El Calafate, cruzando por el lago Argentino. Aquí hemos notado algo de viento, pero nada reseñable con lo esperado. Al llegar a la ciudad nos han alegrado la vista unos preciosos flamencos rosados, que descansaban en la marisma frente a la ciudad, junto con otras muchas especies de pájaros, como los Kaukenes. 


Ahora toca recargar pilas, las de las cámaras, asearnos un poco, reaprovisionarse y planificar las siguientes etapas. Aun queda un largo camino por delante, ¡esto ya no ha hecho más que empezar!

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